La magia nos intriga y nos seduce. Si somos muy racionales siempre tratamos de encontrar ese truco que pareciera no existir y que, sin embargo, nos motiva a seguir expectantes. Pero a veces, cuando nos abandonamos a nuestros sueños y pasiones, flaqueamos ante la maravillosa idea de que la magia realmente existe, de que aquello que se observa es una realidad secreta, no visible para los demás y que sólo se revela ante nuestros ojos privilegiados.
Esto es lo que pasa con los textos de Cuentomancia de Fernando Sánchez Clelo. A diferencia de sus libros anteriores: No es nada vivir (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2005) y Jauría (Universidad Veracruzana, 2007), en donde las minificciones eran como balazos fulminantes, en las microhistorias de Cuentomancia, Fernando Sánchez Cielo se deleita un poco más en la narración pausada sin perder por eso la precisión y pulcritud que caracteriza a su prosa y nos traslada a un mundo recreado en los personajes del Tarot. El Loco, la Muerte, el Diablo y el Mago, son algunos de los habitantes de este mundo que nos recuerdan aquellas historias infantiles siniestras que nunca llegaron aun "...y vivieron felices por siempre".
Cuentomancia es un libro que provoca las emociones excitantes de los juegos de azar: esa sensación de la incertidumbre que pronto será resuelta y que traerá consigo noticias buenas o malas de un más allá que no vemos pero intuimos. Asimismo, los textos de Fernando Sánchez Clelo nos atraen porque nos dejan espiar, desde una pequeña rendija, los trucos que siempre hemos querido descubrir, arrebatándonos al final una sonrisa cómplice y satisfecha.
Itzel Saucedo Villarreal