La minificción requiere de un contenido deslumbrante, de precisión en su estructura y del rigor de un autor que no sea autoindulgente. Es un trabajo complejo, excepto para quienes la ficción breve es destino, escritores como Agustín Monsreal. Este libro contiene 348 textos que tienen un designio: ser profusos en contenido con el mínimo de palabras. El autor esgrime la greguería, la parodia, el aforismo, la sentencia, el minicuento, el diálogo y el juego de palabras, todo colmado de ironía: Al camello sí que lo jorobaron. También son recursos para burlarse de la paradoja humana: Si eres feliz sufriendo, sé feliz. Quién soy yo para estorbarte en tu derecho, o para realizar una crítica punzante: Decidió hacerse la cirugía estética, este es, vivir en el engaño. Mínimas minificciones mínimas hace evidente la maestría literaria de Agustín Monsreal para provocar un tirón emotivo. La experiencia se reitera en el prólogo, donde el autor confiesa su febril maridaje con la narrativa breve: la atracción y la aversión, el acoso que sufre o ejecuta, el vaivén de su relación que da, felizmente, origen a este nuevo libro. Es de advertir que el lector corre el peligro de sentirse reflejado en algunas líneas y salir herido por el filo del sarcasmo, pero el dolor provocado se hará soportable gracias a ña mueca de sonrisa que acompaña al humor negro. Enhorabuena por la publicación de esta obra con el respaldo de Fomento Editorial BUAP, que nuevamente abre sus puertas a la minificción y a los autores de trayectoria.