Giovanna Minardi (1958) estudió literatura en la Universidad de Palermo, donde actualmente culmina su tesis doctoral sobre la obra cuentística de Julio Ramón Ribeyro, de quien ya tradujo un puñado de sus relatos en italiano: Silvio nel roseto (Edit. Draba, 1992, 130 pp.).
No es novedad entre nosotros que estudiosos europeos se preocupen y ocupen de la cultura hispanoamericana. En estos afanes y avatares se encuentra la profesora Minardi; tan así que desde hace algunos años publica breves ensayos sobre literatura de América Latina. Además de investigar, difunde. Prueba de ello es su antología de narradoras mexicanas del siglo XX: Las Coreutas.
Los antiguos griegos denominaban coreutas a los integrantes del coro trágico. Coreutas es el término que la profesora italiana ha utilizado para rotular esta antología de cuentos. Pero lo curiosos de este coro es que sus conformantes son féminas, contradiciendo de esta manera la norma griega que impedía que lo integrasen mujeres
Efectivamente, con Las Coreutas Minardi rescata las voces de un coro que ella considera intenso y polirítmico. Las voces de escritoras mexicanas que van desde Nellie Campobello (nacida en 1900) hasta la novísima Ana Clavel.
Este trabajo tiene la virtud, entre otras, de informarnos que el éxito internacional de Laura Esquivel y su novela Como agua para chocolate no son fruto del azar. Por lo visto y leído en este libro, de mucha tinta "femenina" está compuesta también la narrativa de México.
Las Coreutas nos evidencia la tradición de una sólida escuela de narradoras mexicanas que, al parecer, comienza a ser motivo de interés por parte de la critica especializada.
Esto, creo yo, no es un hecho aislado; es parte de un fenómeno mayor que tiene -sin duda- su asidero en la riquísima y dinámica realidad cultural azteca. Este "boom" no nace -pues- del aire. Con esta selección asistimos, en calidad de testigos privilegiados, a los universos interiores y epidérmicos que las escritoras mexicanas han tenido a bien construir con paciencia y talento, durante décadas y en silencio, conscientes de su oficio y con perfecto dominio del arte narrativo, para deleite de sus anónimos lectores. Por estas historias vemos transitar a personajes diestramente diseñados que nos cuentan sus penas y sus glorias, sus fuegos y sus lágrimas, y que no hacen sino mostrarnos algunas de las facetas del alma humana.
Sandro Chiri Jaime
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1995. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.