La década de los años sesenta en México se considera una "época bisagra" entre el ya manipulado nacionalismo cultural y novedosas formas de concebir las expresiones artísticas y los comportamientos sociales e individuales. En este contexto, un empresario editorial y un destacado editor y crítico literario conciben la primera colección autobiográfica mexicana: jóvenes escritores mexicanos del siglo xx presentados por sí mismos, donde noveles autores se embarcan en el engañoso arte autobiográfico. Así, podemos ver el uso reiterado de técnicas propias de la dramaturgia y el registro irónico en los textos de Carlos Monsiváis y José Agustín; mientras Salvador Elizondo, Sergio Pitol, Juan García Ponce, Vicente Leñero y Juan Vicente Melo hacen de sus autobiografías verdaderos campos de experimentación vivencial y artística, donde imperan las estrategias textuales propias del ejercicio lírico.
La experiencia necesariamente se decanta al narrarse para cobrar significación y en ella surge el sujeto como entidad individual favorecida desde la primera modernidad. El presente estudio aborda esta parcela de la literatura mexicana hasta ahora no atendida y quiere demostrar que la literatura autobiográfica es un género relacional que enfrenta el discurso de belleza con el discurso de verdad, tradicionalmente considerados excluyentes.
Monsiváis, Carlos Agustín, José Elizondo, Salvador Pitol, Sergio García Ponce, Juan Leñero, Vicente Melo, Juan Vicente