Poseedora de una de las voces más inteligentes, vigorosas y singulares de la literatura mexicana, Elena Garro ganó, con la publicación de su primera novela, Los recuerdos del porvenir (1963, Premio Xavier Villaurrutia del mismo año), un sitio destacado en nuestras letras. Nació en la ciudad de Puebla el 11 de diciembre de 1920, de padre español y madre mexicana; su infancia, rica en lecturas y fuente de recuerdos para sus escritos futuros, transcurrió luminosamente con su familia en la pequeña ciudad de Iguala, Guerrero. Llegó a la ciudad de México adolescente para proseguir su educación. Estudió Letras, Coreografía y Teatro en la UNAM, y a los 17 años fue coreógrafa del Teatro de la Universidad. Casó con el joven poeta Octavio Paz, a quien acompañó por el mundo en sus trabajos diplomáticos, y con quien tuvo una hija, Helena Paz Garro. El interés de Garro por el teatro la llevó a colaborar con Julio Bracho y Rodolfo Usigli, entre otros, y a dar a conocer en 1956, por primera vez, tres breves piezas dramáticas: Andarse por las ramas, Los pilares de Doña Blanca y Un hogar sólido. Sin embargo, ha sido su narrativa la que le ha generado el reconocimiento general. Separada de Paz vivió largos años en París con su hija; con ella volvió a México en 1993 y se estableció en Cuernavaca.
Entre sus otros libros se cuentan: La mudanza (1959), El encanto, Tendajón mixto y La dama boba (piezas de teatro, 1964), La semana de colores (cuentos, 1965), Felipe Ángeles (obra teatral, 1979), Andamos huyendo, Lola (cuentos, 1980), Testimonios sobre Mariana (novela; 1980; Premio Juan Grijalbo de ese año), Reencuentro de personajes (novela, 1982), Y Matarazo no llamó... (novela, 1989), Inés (novela, 1995) y Busca mi esquela & Primer amor (relatos, 1996).
