Leer y escribir no deben ser consideradas como actividades diferenciadas ya que ninguna sería posible sin la otra, y su simbiosis es la que nos permite comunicarnos, preservar y compartir el conocimiento y la ficción.
Sin embargo, aunque en la escuela nos enseñan a leer y escribir, muchas veces no nos enseñan a divertirnos, a gozar, a sentir pasión por estas actividades y esto ocasiona que algunos no aprecien adecuadamente su grandeza.
Por fortuna, el autor nos narra sus vivencias y nos ofrece una guía de uso para poder leer y escribir y despertar la pasión que él mismo siente por ello, y nos dice puntualmente: "Las páginas de este libro no pretenden instruir a nadie de nada, pues tal vez sea esa una empresa imposible, pero sí, al menos, sostener el aliento de aquellos otros que, ya entrados en este oficio, no quieren desalentarse".
Otras obras de la colección (El Hombre y sus Ideas):




















