Arbitrario –primer volumen de la serie Paseos- es un libro ilegal. Transita en sentido contrario, no reconoce otra ley que la de su gusto literario, exigente y atento. Albedrío estético: moral que se forja la fragura del estilo. En ocasiones parcial, pero despierta su pasión retórica, Adolfo Castañón recorre arbitrariamente las pródigas avenidas de la literatura mexicana, de la A de Jorge Aguilar Mora a la Z de Gabriel Zaid. Reunión de ensayos críticos, arbitrario es un termómetro del medio cultural ambiente, un mapa que señala las cimas de una literatura que sólo aspira a serlo y las simas de una literatura que ha perdido su nombre por buscar una bandera. Castañón ha compuesto un libro que suma de sus pasiones y sus decepciones en el camino de las letras, un libro de imaginación inteligente, de inteligencia alada y casi un libro de sociología cultural cuya pasión es México. Desde la publicación en los años cincuenta La literatura mexicana del siglo XX de Luis Martínez hasta la aparición de este libro, nuestras letras habían contado con un espejo que las mostrara de cuerpo entero de la poesía al ensayo y del cuento a la novela. Castañón no se propone árbitro de la literatura nacional sino crítico creador de un libro arbitrario, en el que el placer de la lectura es su más visible signo.
Arbitrario de literatura mexicana es el resultado de una reflexión constante y diversa en torno a la literatura y la cultura en México. Es el libro de una persona que ha buscado configurar en sus lecturas un mundo que, aunque abierto, se estrecha provisionalmente en estas páginas. Es una obra plural de una sola sombra las letras mexicanas. Plural porque enuncian en distintos asuntos y sujetos distintos, porque se juega en ideas y creencias surgidas de distintos ámbitos, porque comprende una variedad de gustos, diversas preferencias y porque ha sido escrito por un lector inconstante que diversifica sus tonos, sus interlocutores y sus argumentos.