Los relatos que integran este volumen son en realidad sorprendentes, si tomamos en cuenta que es la ópera prima de su autora. Sorprende, en primer término, la limpidez de la prosa de Magaly, también su habilidad para tramar sus historias y la sensibilidad para captar las diferentes psicologías y hablas que maneja, de acuerdo al carácter y extracción social de sus personajes. También sorprende que aborda las historias de sus textos con ironía, producto de una mirada fina y despiadada. El núcleo de los conflictos que nos cuenta es el de la contradicción que existe en las mujeres de nuestros días, que se debaten entre atavismos lastrantes y afanes de liberación; antinomia que va de los prejuicios al espejismo de una emancipación fallida.
De lo anterior se llega a que, en la mayoría, por no decir todos los cuentos, las protagonistas son mujeres y los antagonistas a veces es el hombre macho y a veces la mujer misma. La gama de vivencias, lenguajes y voces narrativas es muy amplia y eficaz. De tal suerte, que, en La voces, encontramos uno de esos libros que fluye de tal manera que sin darnos cuenta llegamos a la última página y lamentamos haber llegado a ese punto. Magaly Monserrat es una autora de la que podemos esperar mucho. Ojalá persista en el ejercicio narrativo, pues talento tiene y también cosas qué contarnos.
Orlando Ortiz.












