El último varón de una familia más que acomodada, Patricio Robles renuncia a una vida hecha. Acepta como única propuesta vital la libertad de buscar sus propios caminos. Apasionado crítico de sus antecesores, historiador por vocación, Robles se sitúa donde mejor percibe la ruptura entre el goce de lo fugaz y la búsqueda de la trascendencia; donde se descubre que vivir el instante es entablar una negociación -unas veces gozosa, otras lacerante-, entre la fatalidad y el deseo; donde se sabe que hay preguntas que sólo la intuición es capaz de responder. Y al cabo de los caminos -los amores, los amigos, los viajes, los sueños, las muertes- Robles vislumbra una sola certeza: ser es permanecer. Y permanecer, para él, es escribir: "Ahora escribo. La página en blanco es un escudo. Porque no quiero el olvido".
Novela en la que a cada paso el narrador ilumina la anécdota con precisas intuiciones, Los caminos del hotel traza con una prosa afinada, exacta, colmada, los derroteros de una generación.
Bernardo Ortiz ha escrito entre poesía, cuento y novela, una decena de libros; los más recientes son su autobiografía, publicada en la serie "De cuerpo entero" (UNAM-Ediciones Corunda, 1990), y la colección de poemas Controversia de sombras (1990).