Para el aficionado, el espectáculo en directo del futbol es ni más ni menos que una de las pruebas concretas de la felicidad. La vida misma parece enhebrarse con los giros del balón, en la bitácora de las jugadas irrepetibles, en el sueño de los encuentros definitivos. La memoria hace el resto y traba amistades de un cuño especial, siempre dignas de admirarse. Hambre de gol. Crónicas y estampas del futbol es precisamente la reunión de esas amistades en torno a su pasión. Y la ríada de nombres y apodos, anécdotas e increíbles recuerdos fotográficos, lances y jirones de vida, son materia de textos excepcionales ya por la propia admiración rendida que le profesan a su objeto. Por esta misma razón, Hambre de gol es una ficción polifónica con la irrenunciable energía de la multitud vestida de fiesta.