Nació en la Ciudad de México, el 7 de abril de 1952. Falleció el 10 de julio de 2019. Cronista y narrador. Fue guionista, reportero, conductor y realizador de series de televisión; jefe de información del programa “Hoy en la Cultura” de Canal Once; reportero y cronista de Imevisión. Hizo la versión cinematográfica de Chin Chin el teporocho y La noche de califas (con el título Noche de califas: ¡Un macho nunca se abre!). Fundador, con Daniel Manrique, Julián Ceballos Casco, Virgilio Carrillo y Felipe Ehrenberg, del grupo Tepito Arte Acá, en 1974. Colaboró en Jueves de Excélsior, Sucesos para Todos y Unomásuno. Premio Cabeza de Palenque 1987 por su guión cinematográfico Me llaman la Chata Aguayo.
10 sep 2004 / 21 ago 2018 11:02
Participó en el grupo Arte-Acá. Ha sido guionista en varios programas televisivos, como Letras vivas, que condujo José Agustín; jefe de información del programa Hoy en la cultura, de Canal 11, reportero y cronista de Imevisión y del programa Para gente grande, transmitido por Televisa. Publicó sus crónicas en los diarios Unomásuno, El Financiero y Reforma. Sus obras Chin, Chin el teporocho y Noche del Califas, fueron llevadas al cine y al teatro; Violación en Polanco, al cine, y Quinceañera, al teatro.
Armando Ramírez Rodríguez, cronista y novelista. Es un narrador comprometido con el lenguaje y la cultura de las clases populares de la ciudad de México, en particular de la zona de Tepito, donde él nació. En su obra se refleja el habla y los problemas sociales como el desarraigo, la miseria, la incultura y el alcoholismo, al mismo tiempo que incursiona en diversas estrategias narrativas, que recaen fundamentalmente en dar voz a sus personajes. Chin Chin el teporocho da voz a un ficcional alcohólico que narra su vida al escritor, mientras los lectores son los espectadores. En El regreso de Chin Chin se cuenta la vida de un pugilista; el volumen lleva viñetas. Las crónicas de Bye bye Tenochtitlan son cuadros de la vida nocturna en la ciudad y las de Tepito, más periodísticas, de los habitantes del barrio. Su novela Noche de Califas retrata la vida en los salones de baile como el “California Dancing Club”, contada por un periodista; Violación en Polanco relata un homicidio gestado en el submundo de los cines de segunda; Quinceañera, que desemboca en la fiesta y en tragedia, está escrita, a propósito, con erratas, en tanto que el narrador es un escritor principiante; Me llaman la Chata Aguayo es la historia de una lideresa de vendedores ambulantes y Sóstenes San Jasmeo, la de un personaje que se transforma de niño de la calle en líder y amigo de poderosos; La casa de los ajolotes, definida como relato de política-ficción, presenta, a modo de collage, una sucesión de corrupciones y picardías que se han dado en el país en la segunda mitad del siglo xx.