Este libro parte de la creencia de que el poeta transita por dominios ajenos a los que explora la mayor parte de los hombres. La peligrosa aventura de vivir lo lleva a transfigurarse para su salvación o su condena. Los peces en el aire son, pues, una imposibilidad deseable. Tal es la condición del iniciado en la aventura verbal: el olmo que da las peras o el tigre al cual brotan alas son realidades posibles sólo por intervención de la poesía.
Recorren estas páginas la lucidez ensayística de Vicente Quirarte y su admiración por algunos de los mejores poetas mexicanos: Ramón López Velarde, Gilberto Owen, Carlos Pellicer, Efraín Huerta, Rubén Bonifaz Nuño, Eduardo Lizalde, José Emilio Pacheco y Octavio Paz, entre otros.
Gilberto Owen, Carlos Pellicer, Luis Cernuda, Rubén Bonifaz Nuño, Alí Chumacera y Efraín Huerta son algunos de los poetas cuya vida y obra son hilvanadas por Vicente Quirarte en este libro, para dar cuenta de que las elecciones cotidianas, las propias costumbres y obsesiones del poeta, así como sus vicios y bondades, no son sólo consecuencia inexorable de su personalidad, sino extensiones mismas de su obra literaria; ampliaciones de los mundos prodigiosos que con su pluma construyó. Gracias a la erudición del lector comprometido y apasionado, pero también con la cercanía e intimidad del amigo, Quirarte ofrece miríficos retratos de personajes cuyas palabras han encontrado ya su lugar como cúspides de las letras mexicanas.