En este volumen se presentan dos poetas de la ciudad de México y uno jalisciense. Santana pone a prueba su búsqueda de expresión al recorrer la memoria personal, valorar el sentido del presente y explorar lo que cada poema plantea en sí mismo. El transcurrir de las cosas atrapa a Cruz; cada poema es para él el vaso comunicante que lo sitúa en el mundo; su voz, su mirada, todos sus sentidos implican ese continuo intercambio de emociones e ideas que forman su realidad. Avendaño incursiona con oficio en la poesía amorosa y, a la vez que el cuerpo es la materia de su expresión, hace que el mundo circundante sea el espejo que recobra los múltiples sentidos de nuestro itinerario sentimental.