El libro Raíz de luz (largo poema-meditación sobre el Ser y la muerte) confirma a Moisés Ramos como uno de los mejores poetas poblanos nacidos en Puebla. Y no es poco decir si tomamos en cuenta que la poesía poblana es una de las mejores del país y que tiene una fuerte tradición, colonial, romántica y vanguardista. Raíz de luz: poema interiorista, conversacional-metafísico: conversación interior con su ser y con el Ser. Largo aliento que se sostiene por la raíz onírica, donde la luz, como en su filamento barroco natural, es un perdón de la oscuridad. Y esta luz nos obsequia intermitentemente con espléndidas imágenes, que no son otra cosa que el rayo encendiendo la nube del sueño de la existencia, la lluvia del Ser y el Tiempo. Me ha sorprendido sobre todo la primera parte, la lluvia transparente (siempre nostálgica) de la infancia, del musgo luminoso de la memoria, pero ya esperaba eso de Moisés: una madurez que lo confirma como un poeta consistente y hondo. La lluvia es una gruta luminosa con ecos estalactitas de la edad de oro: la infancia y la fantasía, la fantasía en sí. El poema se va oscureciendo con otros fantasmas (de ahí fantasía) los de los nombres idos a medida que avanza para realizar su catábasis indagatoria, su recuento existencial de hombre andando en el hilo sostenido en un íntimo sentido a pesar de su claridad perceptiva del vacío, de la fisis tan familiar y extraña. No obstante, la primera parte recoge otra luz, no la de la oscuridad, sino la de la provincia de tonos velardianos que es una luz profunda y reveladora en otro sentido. No es la luz saturnina de más adelante que tiene sus raíces igual en la poesía náhuatl pues Moisés es un poeta de recóndita y auténtica esencia poblana y mexicana. En este avatar del sentido y su ápeiroi áletheias el proceso dianoético de Moisés es otra auténtica aventura del ser en el barroco más poblado (de las formas del Sueño) y poblano.