Federratas, apenas recordada por sus fundadores. Eran años de una militancia fervorosa, de una confianza conmovedora en el porvenir. A Federratas le seguiría la fundación de Ítaca, de corta vida y donde poesía, relato y ensayo se alternarían. Martínez Garcilazo inició el siglo con un poemario cuyo título es un oxímoron: Lumbre oscura. Años después, en 2004, sus manos descansarían sobre el bastón de Rubén Bonifaz Nuño para posar en la portada de su segundo libro: Responso ante la ceniza. Roberto Martínez Garcilazo es un poeta barroco como su ciudad, decididamente occidental, borgeano; inundado, si cabe la afirmación, de un misticismo posmoderno en, busca de respuestas ante una realidad de miserias; no obstante, llaga incandescente, se rinde ante las palabras y obedece su mandato.