En el espacio de diferencia que se abre entre la realidad y su representación, entre el rostro y la máscara, investiga este trabajo, representación ya él mismo. Un texto que vendría a indagar en ese trance, esa distancia, la que se juega entre lo real y su escenificación, entre la realidad y su puesta en obra. Un texto que se construye sondando una de las cuestiones en torno a las que se piensa y se vertebra el arte, la representación de la realidad. Problemática que para José A. Sánchez no se agota en el realismo, sino que tomando como punto de partida este periodo estético, registra la proyección de esa disyuntiva a lo largo de la escena contemporánea.
Dos imágenes horadan el libro y lo guarecen: la primera, una instantánea de la puesta en escena de La hija de Elisa, montada por André Antoine; la última, una fotografía extraída de la grabación del montaje Amnesia de fuga, de Roger Bernat. Dos imágenes que si desde fuera del libro operan como sus guardas, lo delimitan y enmarcan, traen a escena esta investigación que se posicionaría entre dos escenas, entre el “realismo fotográfico” y los “teatros del encuentro”. Esta obra se dibuja como análisis crítico de un itinerario, un trazo, un recorrido, el que media entre una y otra escena, entre un paradigma y otro, sin dejar ocuparse de los riesgos estéticos que arrastra ese trayecto.
La imbricación indiscernible entre las distintas artes que el teatro del siglo XX ha traído al espacio de representación, lleva al autor a reflexionar en ese diálogo entre disciplinas. En ese gesto multidisciplinar un aspecto ineludible para todo aquel que se interese tanto por el teatro del último siglo como por las preocupaciones que en torno a la representación despliega el arte y la estética. José A. Sánchez propone aquí al lector un camino para transitar por este complejo escenario, una obra que es prolongación de su constante dedicación al estudio de la escena y las artes.