Después de acudir a las tierras españolas, los archivos y la historiografía del autor del Quijote, Padilla retoma la obra de Miguel de Cervantes, a quien reivindica como fundador de la modernidad por haber tenido la convicción de que el vulgo y el uso enriquecen el habla. Para él, la lengua española sigue viva porque hay quien se atreve a despeinarla, y en ese sentido se alegra del rejuvenecimiento de la Academia Mexicana de la Lengua. El Quijote es derrotado por querer encerrar la lengua, el Hidalgo no reconoce ni la realidad y su habla es arcaica, pero Sancho Panza hace reír y su risa nos hace, con su atrevimiento, reconocer la puerta vivificante de la realidad.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2013. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
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