El teatro fue la pasión que llevó a Jorge Ibargüengoitia de
la ingeniería a la literatura. Alumno predilecto de Rodolfo Usigli, perteneció
a una generación de dramaturgos cuya aportación empieza a valorarse. La
incomprensión de sus contemporáneos lo apartaría del teatro y de la crítica,
para llevarlo a la novela y al periodismo, donde cosechó la fama de que goza.
Observador y satírico implacable, este retrato formado con cartas privadas,
comentarios y referencias responde preguntas sabrosísimas acerca de su
trayectoria, que completan la autobiografía dispersa que es su propia obra:
¿cómo se fue dando el rompimiento con su maestro Usigli? ¿Hasta dónde llegó su
relación con Luisa Josefina Hernández? ¿Qué opiniones le merecían Emilio
Carballido, Héctor Mendoza, Sergio Magaña, Luis G. Basurto o Salvador Novo?
¿Fue víctima o victimario en su relación con los literatos mexicanos?
Ibargüengoitia queda al descubierto por la malicia de un
escritor y dramaturgo como Vicente Leñero.
Retrato cálido y esencial de ese enfant terrible de las letras mexicanas que fue Jorge Ibargüengoitia (1928-1983), Los pasos de Jorge es también un amplio vistazo al mundillo de la literatura y el teatro nacionales de mediados del siglo XX.
Ibargüengoitia, indispensable en nuestro tiempo para abordar el ser nacional, en su momento fue un incomprendido y un rebelde que supo sobreponerse a las adversidades y encontrar su lugar como uno de los escritores más universales que ha dado México, aun cuando su tema fue la idiosincrasia de su propio país.
Vicente Leñero celebra en esta obra la vida y el carácter de un talento perdido prematuramente, un personaje de excepción que fustigó con humor ácido las falsas seriedades de su época.