De nacionalidad española e inteligencia poliédrica, el polígrafo, políglota y polímata Juan Caramuel y Lobkowitz (1606-1682) se interesó y escribió, sin menguas de viveza, en torno a las más variadas disciplinas: la arquitectura, las matemáticas, la astronomía, la filosofía, la teología, la historia, la criptografía, la lingüística, la poesía y un largo y tendido etcétera. De entre todos sus proyectos, sin duda, uno de los más ambiciosos fue la búsqueda de una correcta y recta escritura universal. Para comprender ese proyecto, las nociones de anamorfosis e isomorfismo funcionan, en este ensayo libre, como una doble vía conceptual, pues ellas designan la propiedad que tienen todas las lenguas de conservar su singularidad e independencia a pesar de afirmar, al mismo tiempo, su pertenencia a la totalidad indiferenciada del lenguaje. |