La frontera entre México y Estados Unidos es algo más que una realidad geográfica, es también una herida cultural, un espacio que nos resignifica en cada migrante que la cruza o que deja de cruzarla; es un jeroglífico en movimiento; una pregunta sin respuesta; una metáfora dura y humana a la vez. De ahí que la frontera se imponga no sólo como un espacio, sino como un contenido imaginario en movimiento, tal y como lo aborda la ensayista Cécile Quintana en este libro Literatura de frontera: realismo, fantasía y rumor. Para esta lectura de la frontera desde el ángulo de la literatura, esa línea se nos aparece como una fantasía, un absurdo, una obsesión, una ausencia, una realidad que cada quien moldea a su antojo, pero también como un humor que le quita lo solemne, mas no lo trágico, a esta herida física e imaginaria. Y es esto último, el humor y la ironía, la peculiaridad del ensayo de Quintana: su abordaje sale de las fronteras de la solemnidad para dejar que corra libre su voluntad ensayística por las obras de Cristina Rivera Garza, Daniel Sada, Heriberto Yépez, Luis Humberto Crosthwaite, David Toscana, Élmer Mendoza y Miguel Méndez.