En este ensayo Alberto Vital retoma un concepto proveniente de la física y lo aplica no sólo a la reflexión literaria, sino a diversos ejemplos culturales, confrontándolos con la vida fáctica de cualquier persona del siglo xxi y relacionando "fenomenos que de otra manera permanecerían asislados unos de otros." Pintura, fotografía, cine, literatura y el arte en general como manifestaciones humanas –artísticas y simbólicas– se encuentran sujetas a su respectivo entorno, pero al mismo tiempo pugnan por tener una existencia independente, como una paradoja borgesiana, donde el laberinto es la misma vida: "En el nivel de la receción de [la] obra, ella quiere tal vez superponerse a la realidad tangible ocupando su sitio y no sólo reflejándola, con lo que espectador tiene ahora dos focos para su percepción: la realidad representada o desplazada y la pieza artística."
"El concepto de superpocisión –afirma el autor– podría esclarecer aspectos tanto de la vida contemporánea como de las represenatciones simbólicas y estéticas. Entre tales representaciones se incluyen, por supuesto, la literatura."