«El 68, por principio de cuentas, es uno de esos años-constelación en los que sin razón inmediatamente explicable coinciden hecho, movimientos y personalidades inesperadas y separadas en el espacio», escribe Carlos Fuentes,
En el corazón de París, en mayo de 1968, los jóvenes se preguntaban dónde había quedado la promesa social, criticaban la sociedad capitalista y consumista. Se protestaba con poesía, se reclamaba con política. De modo similar, durante la primavera del mismo año en Praga, surgió una nueva esperanza: un socialismo «con rostro humano» que no perturbara las relaciones estratégicas con el sistema comunista. Se hablaba de autogestión, de democracia directa, se restablecía la libertad de prensa. Meses después, en octubre de 1968, los jóvenes de México ocuparon el único espacio que les quedaba libre: la calle. Salían a manifestar su malestar social, su inconformidad política; querían ser vistos, escuchados, tomados en cuenta. Sobre estos acontecimientos trata Los 68, que no sólo registra el momento en la escritura perspicaz del autor, sino que ilustra la época con cárteles y afiches populares, manifestaciones auténticas de un deseo de cambio social.
A simple vista estos movimientos fueron derrotados. El Partido Comunista Francés y su central obrera terminaron por entregar a los estudiantes. En la República Checa, los tanques soviéticos invadieron y derrumbaron la esperanza. En México, el ejército aniquiló brutalmente a la comunidad estudiantil. Pero está claro que a partir de entonces algo cambió en nuestros sistemas políticos. ¿Se debió acaso a estos acontecimientos? «Es imposible saberlo», escribe el autor «Quizás las nuevas sendas de la democracia y la crítica social se hubiesen, de todos modos, abierto paso. »
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2005. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.