Es una propuesta abierta al diálogo cultural ambivalente. En ese sentido, abre un espacio para la reflexión crítica que, trascendiendo los límites de una frontera geopolítica cada vez más cerrada, busca ampliar la comprensión de fenómenos culturales de carácter transfronterizo. También sus autores desbordan las categorías habituales de la crítica literaria para incursionar en un terreno que exige perspectivas de análisis más innovadoras y propositivas. Es aquí donde el concepto bi-borderlands cobra trascendencia y se convierte en una herramienta útil para incidir en el estudio conjunto de la literatura chicana y mexicana norteña.