Este volumen reúne a cuatro poetas del noroeste de México. Con oficio, Ramírez busca la intensidad de una poesía ensimismada, concentrada en el ritmo de su deslizamiento pero abierta a las imágenes. Una versión personal del lugar de origen, la experiencia intransferible de reconocerse en él de diversas formas, es lo que marca el tono poético de Salgado junto con la celebración del amor. Solís intenta abrir panoramas amplios en su poesía ajustada y precisa; busca recuperar la sencillez de la vida y de las cosas pasando por lo ininteligible y lo desesperanzado. Vizcarra reúne poemas de varios libros; sus atisbos, preñados de incertidumbre por lo que somos y de arquitecturas desdibujadas, nutren la sensación de que todo es inquebrantablemente transitorio.