Este volumen incluye a cuatro poetas de varias regiones del país. Para Favila el escenario de la vida encierra un extrañamiento inevitable; los objetos del mundo parecen ocultársenos, mientras el ahora incierto continúa y tratamos de recobrar la madeja de nuestras percepciones. Las imágenes de Regalado intentan establecer nuevos recorridos por la ciudad de provincia, percibe su alegría y su páramo, los secretos de su arquitectura, sus climas imprevistos, sus promesas perdidas. Las prosas poéticas de Ramírez, como crónicas de la creación de las cosas del mundo, derivan en la memoria personal y en los sentimientos que el tiempo deposita. Muñoz elabora una poesía de diálogo para indagar en los rituales de lo cotidiano, lo erótico y lo inestable de la vida.