En este libro todo ocurre en secreto, en el misterio de la adoración a la Diosa terrible que se alimenta de la inspiración y cabalga sobre el escalofrío: cerda que come vidas, vaca que muge estrellas, yegua que inunda de licor vaginal la bóveda del alma.
Música lunar es el cuaderno de bitácora de una revelación. No las musas: la Musa. Si la Musa responde ante el poema que la invoca, el jabalí en que montaba la Diosa desnuda destruye la jaula en que lo habíamos recluido; de cada árbol talado se levanta una ninfa que incendia con su desnuda luminosidad los ojos del hachero: el hacha cae convertida en conejo. Si la Musa responde, la mujer abandona el rebaño de hembras y se transforma en la Hembra. El hombre, entonces, redescubre su alma. Surge el terror cósmico que nos ordenará de nuevo.