Portarrelatos es tal vez el libro más asombroso y arriesgado de José de la Colina, “un autor singular“, en palabra de Octavio Paz, pues “su prosa es una de las mejores de México“. Y el riesgo está latente porque los micro, macro y relatos que componen esta obra son una apuesta por el abandono artístico y el ludismo creativo en estado puro, en el que se trasgreden reglas, técnicas y cánones para dejar florecer la voz de un autor polifónico que sabe, con una naturalidad universal. Así, por estas páginas se pasean los fantasmas de Kafka, Shakespeare, Cervantes, Butler, Sade, Pascal , Carrol, Revueltas, Lautreamont y Beckett que, junto otros espectros no menos reales, Sheherezada, Pandora, Salomé, Narciso, aparecen y desaparecen entre equilibristas, contrabajistas, trapecistas, prostitutas y políticas para crear un mundo en el que la imaginación es la única moneda de uso.