Los fundadores del Cuadernos del Valle de México formaron parte del mismo grupo que se abocó al diseño y edición de la revista estudiantil Barandal entre 1931 y 1932. Fue el segundo intento editorial del grupo, pero no el último. En 1938, la agrupación emprendía un nuevo proyecto: Taller.
Dice Antonio Caso que esta agrupación fue la más importante después de Contemporáneos. Según Rafael Solana, estos escritores fueron admirados por las generaciones posteriores.
La revista no tuvo tendencias políticas específicas. Sin embargo, la introducción de José Alvarado y la de Enrique Ramírez Ramírez al consejo editorial, y sus constantes aportes sobre la Revolución Rusa y la exaltación de las tendencias de aquella nación, determinada en la revista a decir de algunos críticos, un sentido ideológico.
En este tiempo estaba en boga la Liga de Escritores Artistas y Revolucionarios (lear) Existían fuertes tendencias a solidarizarse con las causas proletarias. Algunos escritores se sumaron con sus creaciones al arte nacionalista y revolucionario. Cuadernos del Valle de México no estuvo exenta de estas inclinaciones.
La revista estuvo abierta a la publicación de ensayo, cuento y poesía. Su carácter al igual que el de Barandal, era de carácter de apertura hacia escritores consagrados y principiantes.
Tuvo trabajos de alta calidad como “Fragmentos” de Salvador Toscano, “Divagación” de Efrén Hernández, “La versión de diálogo entre Bloom y Virag” de Ulises de Joyce, por Ricardo Orozco y colaboraciones importantes de Octavio Paz, Rafael López Malo y Rafael Alberti.
Cuadernos del Valle de México no tuvo declaración de principios. Fue una publicación sobria y sencilla que que sobrevivió dos números bajo el patrocinio de los propios editores. Se publicó bajo el rubro de Ediciones Ámbito. El primer número apareció en septiembre de 1933 y el segundo en enero de 1934.
MIEMBROS INTEGRANTES
Moncada, Carlos Editor
Paz, Octavio Editor
Ramírez y Ramírez, Enrique Editor