2000 / 30 oct 2018 23:25
Un grupo de aficionados al teatro, encabezado por Carlos Escudero, fundó a fines de 1873 la Sociedad Dramática Alianza. Los objetivos que persiguió la agrupación fueron los de hacer progresar el teatro, socorrer a los menesterosos y honrar la memoria de personas ilustres. Las funciones teatrales que realizaron sufrieron las consecuencias causadas por la aplicación de las leyes de Reforma durante la presidencia de Lerdo de Tejada. La aplicación de estas leyes fue un acontecimiento desorientador para el país, ya que la discordia y la intranquilidad volvieron a reinar en toda la república. Puede observarse en los periódicos de la época este suceso como algo aterrador: constantemente se declaraban abusos cometidos en diversos lugares de la nación. Con tal motivo, dice Olavarría, el público se abstuvo de asistir a las diversiones y con esto el teatro decayó notablemente.
Las representaciones organizadas por la Sociedad Dramática Alianza se efectuaron en el teatro Hidalgo y en el teatro Arbeu. Los actores que en ellas participaron, entre los cuales estaba Carlos Escudero, director y fundador de la Sociedad, fueron: María de Jesús Aparicio, Leonor Lavanderos, Manuel Flores, Joaquín Guzmán, Manuel Ibarra, Pedro Solórzano, Benjamín Aréizaga, José Santibáñez, Luz Urbina, Gabriela Peralta, María Argumosa y Carolina Poulet.[1]
La crítica no siempre estuvo de acuerdo con la obra de este grupo de aficionados, pues en una ocasión apareció en la revista El Búcaro un artículo que desaprobaba las obras elegidas para las representaciones, llamando “detestable” a ese descuido.[2] Bianchi les aconsejó que se dedicaran a la comedia de costumbres que desempeñaban muy bien, y que más tarde ensayaran el drama social.[3]
En 1875 el presidente de la Sociedad Dramática Alianza fue Alberto G. Bianchi, que sufrió persecuciones por su drama Martirios del pueblo. En esta época se efectuaban las reuniones semanalmente en la calle de Arsinas número 12.[4]
Algunas de las obras llevadas a la escena fueron: Los infieles, Las circunstancias, El hombre del mundo, Un caballo, Honra y provecho, Cada oveja con su pareja, La oración de la tarde¸ Por una equivocación, Flor de un día, Un drama nuevo y El amante prestado, cuyos autores se desconocen, ya que no se mencionaron en los diarios en donde se reseñaron estas representaciones.[5]
Con motivo de la muerte del director fundador de la agrupación, Carlos Escudero, la sociedad honró su memoria adoptando como nuevo nombre de la corporación el de su fundador. Para 1879 la mesa directiva quedó integrada por las personas siguientes: presidente, Pedro Solórzano; vicepresidente, Manuel Campo; secretario, Guillermo Varela, y prosecretario, Francisco L. Gochicoa. Ellos se propusieron reanimar a la Sociedad Dramática para sacarla de la crisis que sufrió por estos años.[6]
Bianchi, Alberto G. Flores, Manuel M.