Enciclopedia de la Literatura en México

José Peón y Contreras

Ángel Muñoz Fernández
1995 / 07 ago 2017 11:28

Nació en 1843 y murió en 1907 en Mérida, Yucatán. Dramaturgo, poeta y médico. Fue en varias ocasiones diputado y senador. Profesor de la Escuela de Medicina de Mérida. Miembro de la Academia de la Lengua. En París (1906) sufrió un ataque de hemiplejia que lo paralizó hasta su muerte.

Alfonso Reyes
1958 / 17 sep 2017 16:05

Médico, poeta y dramaturgo de vocación precoz, a cuya leyenda La cruz del paredón siguieron los dramas María la loca, El castigo de Dios, El conde de Santiesteban. Alcanzó un éxito estruendoso con su drama La hija del rey. Ensayó temas hispánicos, indígenas y propiamente mexicanos: Canto a Colón; dejó algunas novelas. Manejaba con facilidad el romance, y siempre fue mejor dramaturgo en verso que en prosa, dentro de los moldes del teatro romántico (García Gutiérrez, Zorrilla), con algunos toques naturalistas que no resultaron al gusto de su público. Se ha dicho con razón que su teatro llegó algo tarde: medio siglo, para ser exactos.

José Luis Martínez
1993 / 11 sep 2018 13:13

En la poesía de José Peón y Contreras (1843-1907) se advierte, en mayor grado quizá que en sus contemporáneos, la influencia del romanticismo español. En sus Romances dramáticos (México, 1881), cuya acción puede situarse, según F. J. Gómez Flores "en edad ca­balleresca" y en España o en cualquiera de las que fueron sus colonias, y en sus menos felices Romances históricos mexicanos (México, 1873) son visibles las huellas del Duque de Rivas y de Zorrilla. En sus Ecos (México, 1885), su obra lírica más hermosa, está presente el recuerdo de Bécquer, como ya lo percibían sus contemporáneos. Su poema "Flérida y Garcilaso" (México, 1904), finalmente, una de sus composiciones menos acertadas, es una variante de la Égloga i del poeta toledano, cuya vida y amores narra.

A pesar de su escasa originalidad, Peón y Contreras debe consi­derarse no menos importante poeta lírico que autor dramático. Su efusiva delicadeza, la facilidad de su versificación y su habilidad descriptiva no le hacen caer ni en el mal gusto ni en el prosaísmo que tanto perseguían a nuestros románticos. Algunos de sus Ecos tienen la inspiración misteriosa y alada que distingue a las Rimas becquerianas y en no pocos casos resisten airosamente la comparación. En las dos series de Romances de que es autor, lo mismo que en las Trovas colombinas (1881), se adivina al dramaturgo que acaso bos­quejaba en estos poemas escenas de futuras obras teatrales. El resto de su obra lírica tiene menos interés. Consta de poemas de circuns­tancias, elegiacos, históricos y descriptivos. Con estos últimos y con los Romances históricos mexicanos, Peón y Contreras participa sig­nificativamente en la corriente indigenista que cruza nuestra litera­tura del siglo xix, corriente que iniciara Pesado en la primera mitad del siglo y que tanto robusteciera el impulso nacionalista del maestro Altamirano.

José Peón y Contreras nació en Mérida, Yucatán, el 12 de enero de 1843, y murió en la Ciudad de México en 1907. Fue hijo del jurisconsulto Juan Bautista Peón y de María del Pilar Contreras. Cabe señalar que su madre era originaria de Cádiz, España, aspecto que probablemente influyó en la ideología prohispanista del autor, misma que permeó su obra literaria. Obtuvo el grado de bachiller en Filosofía por la Universidad Literaria de su ciudad natal. Impartió clases de dibujo lineal en el Seminario Conciliar de San Ildefonso en Mérida, en el que recibió el grado de bachiller en Medicina. Combinó sus labores como catedrático y estudiante, con la afición por la poesía y la dramaturgia. A los 17 años de edad redactó la leyenda en verso “La cruz del paredón”. Un año después, escribió las piezas El castigo de Dios, María la loca y El conde Santiesteban, que se estrenaron en el Teatro de San Carlos en Mérida, entre 1861 y 1862. El público yucateco las recibió con gran aceptación. Desde esa fecha Peón y Contreras empezó a despuntar como un importante escritor dramático, pero sus afanes fueron truncados temporalmente debido a que le envió su obra, Un odio de la niñez, al actor español José Valero para que le diera su opinión; sin embargo, éste le devolvió el texto sin leerlo. Peón y Contreras consideró que la reacción de Valero fue porque no le gustó el escrito; esta contrariedad lo alejó por más de una década de la producción dramática, al decir de Francisco Gómez Flores.

Su entrega y capacidad en el estudio de la medicina hicieron posible que a los 19 años de edad, en 1862, recibiera el título de médico. Viajó a la Ciudad de México en 1863 con el objetivo de incrementar sus conocimientos. Victoriano Agüeros anota en la “Noticia biográfica del autor” al volumen I de las Obras de José Peón Contreras (1896), que el autor ocultó a sus colegas capitalinos que ya tenía el grado de galeno avalado por las instituciones educativas de Yucatán, modestia que respondía a sus afanes de mayor aprendizaje. En la capital de la República Mexicana, obtuvo una plaza de practicante en el Hospital de Jesús en donde se dedicó a ejercer la profesión. Se especializó en el ramo de las enfermedades mentales. En 1865 contrajo matrimonio con Leonor del Valle con la que procreó a José Peón del Valle, quien habría de convertirse en notable poeta. Cuatro años después de su llegada a la Ciudad de México, en 1867, obtuvo el cargo de director del Hospital de Dementes de San Hipólito.

El año de 1876 se consagró como dramaturgo, pues estrenó diez piezas: Hasta el cielo, Sacrificio de la vida, Gil González Ávila, La hija del rey, Un amor de Hernán Cortés, Luchas de honra y amor, Juan Villalpando, Impulsos del corazón, Esperanza y Antón de Alaminos, con rotundo éxito en los Teatros Nacional y Principal de la Ciudad de México. Al término de una de las funciones, los escritores mexicanos le obsequiaron una pluma de oro y un diploma en el que lo reconocían como el “restaurador del teatro en la patria de Alarcón y Gorostiza”. Ese mismo año se estableció en su nombre la Sociedad Dramática Peón Contreras, animada por un grupo de jóvenes entusiasmados con el triunfo del dramaturgo, entre ellos se encontraban Manuel Peredo y Patricio Nicoli. En 1876 también ganó el concurso, convocado por el escritor español Adolfo Llanos y Alcaraz, que premió la mejor composición en verso que alabó la tarea colonizadora de Hernán Cortés. Los escritores mexicanos criticaron que Peón y Contreras rememorara al conquistador español en lugar de emplear la literatura para enaltecer a los héroes nacionales. Dos años más tarde, en 1878 el teatro de San Carlos en Mérida, Yucatán, fue renombrado Teatro Peón Contreras.

Impartió cátedra en la Facultad de Medicina, de Mérida, de 1884 a 1894. Además de tener un papel destacado como hombre de letras y galeno, Peón y Contreras fungió como senador por el estado de Yucatán entre 1890 y 1892. Sus biógrafos anotan que participó en la legislatura de Nuevo León, debido al aprecio que le tuvo Porfirio Díaz, quien tenía amistad con su coterránea oaxaqueña, Manuela Serrano de Del Valle, suegra del dramaturgo.

Ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua en 1896. Colaboró en diversos periódicos y revistas, tanto de la Ciudad de México como de Yucatán, entre ellos destacan: El Municipio Libre, La Guirnalda, Registro de Cultura Yucateca, Repertorio Pintoresco, La Revista de Mérida, Álbum Yucateco, Pimienta y Mostaza, y Arte y Letras. Sostuvo amistad, entre otros, con Francisco Gómez Flores, Llanos y Alcaraz, y Alfredo Chavero, con quien escribió un drama. En su época, su obra fue reconocida internacionalmente mediante la edición de sus producciones dramáticas que habían sido aplaudidas con notable triunfo entre el público mexicano. Además de consagrarse como dramaturgo, gozó de ser distinguido por su labor en la medicina; perteneció a la Sociedad Médica Yucateca, así como a la Sociedad Pedro Escobedo. Fungió como presidente honorario de la Revista Médica de Yucatán. Viajó a Europa en 1906, en París le dio una parálisis que lo mantuvo inactivo, regresó a la Ciudad de México en donde falleció el 18 de febrero de 1907.

Entre sus contemporáneos, Agüeros lo reconoció como insigne poeta y autor dramático. Consideró que su producción estuvo bajo el influjo de José Zorrilla y que trató de imitar el estilo del Duque de Rivas. En 1987, Enrique Montalvo señaló que el éxito de Peón y Contreras se debió a que escribía sobre temas y períodos históricos que tenían gran valor para los grupos oligárquicos que asistían a las representaciones teatrales de sus obras. Montalvo agregó que el dramaturgo yucateco se inspiraba en relatos costumbristas de la época colonial y exaltaba la figura de los conquistadores. En ese sentido, el crítico estableció el afán del escritor y del grupo conservador que representaba por mirar el pasado como una época de esplendor. Acerca de la orientación literaria de Peón y Contreras, José Esquivel Pren y Ermilo Abreu Gómez consideraron que tenía influencia del romanticismo español, de Antonio García Gutiérrez, José Zorrilla y José de Espronceda. José Díaz Bolio brindó una imagen tanto física como del carácter de Peón y Contreras, a partir de entrevistas que hizo a las personas que conocieron en vida al dramaturgo y médico yucateco. Entre estos aspectos se puede destacar que era un hombre atractivo y elegante, de espíritu solidario y caritativo con sus pacientes de escasos recursos. Díaz Bolio encontró en el archivo personal del escritor dos textos inéditos de Peón y Contreras: Irene y El conde del Cascabel.

Seudónimos:
  • José Mérida