Obtuvo el grado de licenciado en Filosofía y Letras, sección Letras, en la Universidad de Deusto, en San Sebastián. En 1921 ingresó en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, donde fue jefe de la sección de "Órdenes Militares", desempeñando a la vez el cargo de Secretario general del Archivo. Por esa época trabó amistad con Gerardo Diego y Vicente Huidobro. En 1926 se estableció en París, donde formó parte del grupo de César Vallejo y los creacionistas, participó en el movimiento surrealista y publicó junto con ellos, la revista Favorables París Poema, cuyo primer número incluyó un manifiesto de ese carácter escrito por él. En 1930 dejó de escribir poesía y viajó a Perú con objeto de estudiar las culturas precolombinas. En 1939, al término de la Guerra Civil española, llegó como exiliado a México y, en 1940, en compañía de José Bergamín y Josep Carner dirigió la revista España Peregrina. En 1942 promovió la creación de Cuadernos Americanos, de la que fue secretario y codirector durante siete años. En ese mismo año se trasladó a los Estados Unidos becado por la Guggenheim Foundation, primero, y por la Bollingen Foundation después. En 1956 viajó a Argentina, donde impartió cátedra en la Universidad de Córdoba, y fundó y dirigió el Instituto del Nuevo Mundo, así como también editó la revista Aula Vallejo, dedicada a los estudios vallejianos. En 1974, en Perú, recibió la Orden del Sol por sus estudios sobre César Vallejo.

Juan Larrea Celayeta, poeta y ensayista, fue una figura representativa de la vanguardia literaria. En el género de ensayo encauzó su profunda vocación de escritor e investigador hacia la filosofía de la cultura. Rendición de espíritu, Razón de ser o La espada de la paloma, por ejemplo, son libros que destacan por lo revolucionario de sus interpretaciones bíblicas, y por el ejercicio de una nueva concepción de la cultura de Occidente y de la conciencia colectiva. Dedicó parte de sus ensayos a la obra del poeta peruano César Vallejo y polemizó con otros estudiosos de ésta. En poesía, se inscribió dentro del movimiento creacionista y ultraísta, aunque muy pronto se alejó de este último, para penetrar en un surrealismo poético casi único en el panorama español de las vanguardias. Oscuro dominio, su primer poemario, es un libro breve, en el que predomina el poema en prosa, escrito en momentos álgidos de una crisis espiritual, en esos instantes de duda profunda que es anterior a la iluminación. Versión celeste recrea el planteamiento surrealista de adentrarse por esas travesías del ser, en busca de un nivel de conciencia que conjugue sueño y realidad. En Orbe predominó su inquietud por los temas precolombinos, en donde abundan ejemplos de escritura automática.