De 1936 a 1938 vivió en Bruselas con sus padres, Antonio Vilalta y Vidal y María Soteras Maurí, con quienes llegó a México en noviembre de 1939. Se nacionalizó mexicana en 1940. Estudió la maestría en Letras Españolas en la Facultad de Filosofía y Letras (ffl) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Inició su actividad teatral como directora de escena en 1965, con su obra Los desorientados, y su principal actividad desde 1970. Ha colaborado en revistas, diarios y suplementos culturales como “Diorama de la Cultura” (1972-1977), Jueves de Excelsior, Revista de Revistas, Revista de Bellas Artes, Revista de la Cruz Roja Mexicana, Tribuna Israelita y, desde 1976, en Excelsior. Fue conductora de televisión mexicana en programas transmitidos por el Canal 2, como Mujeres que trabajan (1960-1961), El programa de Maruxa Vilalta (1963), Cartelera artística (1965-1969) y Olimpia 68 (1968-1969); y para Canal 13 condujo Cuestión pública (1980-1982), El libro de hoy (1982-1986) y Tercera llamada (1984). Algunas de sus obras de teatro han sido traducidas y representadas en el extranjero y publicadas en L’Avant Scene, de París; Modern International Drama, de la Universidad del Estado de Nueva York y en Latin American Literary Review, de la Universidad de Pittsburgh.

María Vilalta Soteras, dramaturga y directora teatral. Escribió asimismo cuentos, novelas y ensayos. Fue autora de melodramas, vodeviles, farsas, piezas, musicales y monólogos. Planteaba historias paralelas que se intercalan en el juego dramático, o bien recurría a la parodia y al humor para dar mayor fuerza a la obra. Algunos de sus temas son abordados desde la crítica y la denuncia social, como la defensa de los derechos humanos; también habla de la problemática existencial, las relaciones de pareja, los enredos amorosos, la incomunicación y la religión. Sus personajes eran la caracterización de las clases media y alta que actuaban en un ambiente cosmopolita. En Los desorientados plantea dos historias paralelas, los sueños frustrados de Diego y Julia: ni Diego se convierte en escritor, ni Julia logra ser una mujer independiente; en Un día loco recrea un día ideal en la vida de una mujer, quien dialoga consigo misma y reflexiona sobre el amor. Nada como el piso 16 es un melodrama sobre la compleja convivencia entre dos hombres y una mujer, quien es controlada por cada uno de ellos en distintos momentos. La irracionalidad de las relaciones amorosas se desata en Pequeña historia de horror (y de amor desenfrenado), donde los personajes pierden su identidad y se destruyen entre sí, en medio del engaño y el absurdo. Desde un enfoque social, Esta noche juntos, amándonos tanto, problematiza la incomunicación y la destrucción de la pareja. Un país feliz habla de un régimen dictatorial que contamina las vivencias de una familia fugitiva de su realidad. Historia de él nos presenta a un hombre en ascenso social, sin escrúpulos, ambicioso y solitario. Una mujer, dos hombres y un balazo es una serie de cuatro piezas de crítica social cuyas acciones transcurren en sitios de privilegio y enajenación, donde se juega con las identidades y las relaciones sociales siempre son de poder. Cuestión de narices son tres historias paralelas en que se aborda la lucha por la sobrevivencia de niños y adultos frente a la guerra y las diferencias religiosas. El 9 plantea la deshumanización de los personajes, quienes pierden su identidad al actuar mecánicamente dentro de la fábrica donde transcurre la trama. El tiempo mismo es el personaje que rige la vida del ser humano en Soliloquio del tiempo, mientras que Una voz en el desierto. La vida de San Jerónimo es una obra de investigación que sobre un conflicto histórico-religioso a través de la vida del santo y la caída del imperio romano; una indagación semejante da forma a San Francisco de Asís, pieza en que analiza los hechos más relevantes de la vida del santo y fomenta la reflexión sobre la religión en la actualidad. En 1910 hace una recreación de hechos y personajes importantes de la Revolución Mexicana.