1995 / 15 oct 2018 11:11
Emilio Uranga (1921-1988) sobresalió por su aguda inteligencia, su vocación filosófica y su alerta curiosidad. En la serie de “México y lo mexicano” publicó Análisis del ser del mexicano (1952) en el que, además de este riguroso ensayo, incluye otro sobre la poesía de Ramón López Velarde, como “expresión del ser del mexicano”. De 1953 a 1957, Uranga continuó su formación filosófica en las universidades de Friburgo, Tubinga y Colonia, y en las de Oxford y La Sorbona, años en que escribió estudios sobre Goethe y los filósofos, Marx y la filosofía e Introducción al estudio de George Lukacs. Los diálogos sobre curiosidades librescas, llamados Astucias literarias (1971), son la obra más agradable de Uranga. En sus últimos años, escribió oscuramente en periódicos populares y, envenenado por la soberbia, se prestó a turbiedades políticas. Se le atribuye la autoría de libelos contra personajes enemistados con el gobierno. En la novela La guerra de Galio (1991), de Héctor Aguilar Camín, el personaje principal tiene algunos rasgos de Emilio Uranga.
Estudió Medicina y Filosofía, en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), en las Universidades de Friburgo, Tubinga y Colonia, en Alemania; de Oxford, en Inglaterra, y de La Sorbona, en París. Durante esta época escribió sus libros más importantes, aunque se publicaron años después. Colaboró en las revistas Cuadernos Americanos, Filosofía y Letras, así como en los suplementos "Revista Mexicana de Cultura", de El Nacional; "México en la Cultura" y "El Semanario Cultural", de Novedades, en cuya página editorial tuvo a su cargo la columna "El tablero de enfrente".
Emilio Uranga González Andrade fue un destacado filósofo que perteneció al grupo Hiperión, encabezado por Leopoldo Zea e inspirado por José Gaos, por lo que sus reflexiones filosóficas se centraron en descubrir y exponer "el ser del mexicano". Su pensamiento estaba influido, además, por el idealismo alemán (Husserl en particular) y por el materialismo histórico, proveniente de Lukács, en quien veía al gran pedagogo de la nueva Alemania, y cuya obra debía ser conocida por los intelectuales mexicanos para que éstos cobraran conciencia de su papel en la sociedad. En sus trabajos sostuvo que el mexicano estaba empeñado en una tarea de humanización y que sus movimientos libertarios, como la Independencia o la Revolución, eran momentos decisivos que apuntaban a su reencuentro definitivo. En este sentido destaca su Análisis del ser del mexicano, donde además del largo ensayo que le da título, incluye otro sobre Ramón López Velarde, en el que muestra cómo su poesía es expresión del carácter y ser del mexicano. Astucias literarias y El tablero de enfrente recogen parte de sus artículos publicados en la prensa mexicana. Tradujo la obra de filósofos como Merleau-Ponty, Lukács, Dilthey y Collingwood.
Instituciones, distinciones o publicaciones
Centro Mexicano de Escritores
