A la sabiduría y el ingenio de Francisco Cervantes de Salazar se debe el libro México en 1554, al cual la presente obra rinde homenaje desde el título. Apenas tres décadas después de la caída de la gran Tenochtitlán, el erudito recorre con justa admiración las calles de la nueva ciudad que revelaba la ciencia y la paciencia con la cual el mestizaje emprendía su dolorosa, inevitable evolución y donde paulatinamente se establecían los significados y significantes de una urbe, sus señas de identidad, sus instituciones y los edificios que las alojaban.
Más de cuatro siglos y medio después, seguimos la ruta trazada por el ilustre humanista para leer nuestra ciudad de manera sincrónica y diacrónica. Para ver qué ha sucedido en estos años con ella y para demostrar, como decía Gabriel García Márquez de Cartagena de Indias, la nobleza de una ciudad que no hemos podido destruir luego de tantos siglos, a pesar de nosotros y de los elementos.