En palabras de Hernán Lara Zavala: “Si alguien me preguntara cuáles son los epítetos que definen la narrativa de Guillermo Samperio, mi respuesta sería: lo extraño, lo extraordinario y lo humorístico. Sus cuentos pueden ser breves o extensos, realistas o fantásticos, paródicos o dramáticos, pero en todos priva una manera inimitable de percibir el mundo. A pesar de que parece vivir dentro de este mundo, narra sus historias como si formara parte de otro, un mundo distante, oblicuo, enrarecido e irónico. Escribe siempre desde la delicadísima y tenue frontera que divide lo real de lo posible, el sueño de la vigilia, lo serio de lo humorístico, y con un lenguaje siempre apropiado que puede ir desde la jerga vernácula de la ciudad de México hasta el tono engañosamente culto y solemne de su obra epistolar. Samperio pertenece a la gran estirpe de cuentistas mexicanos. No es solamente el escritor más imaginativo y original de nuestra generación, él ha logrado abrir un camino en la narrativa que estaba apenas vislumbrado por escritores de la talla de Efrén Hernández, Julio Torri y Juan José Arreola.”