Amanece y desde sendos balcones del Hotel Metropol dos personajes, Federico Nietzsche y un peculiar interlocutor, intercambian reflexiones en torno al poder, el amor, la justicia y la lealtad. Puede ser el año 2014 o el 2016, y el país sufre los estragos de la revolución que ha derrocado a una “dictadura perfecta”. Bajo la dirección de tres líderes, el pueblo ha vencido a los corruptos dirigentes que controlaban el poder, todos coludidos para mantener una falsa guerra contra otro país para acrecentar la producción y comercialización de armamento, ganando fabulosas ganancias. Pero la guerra demanda soldados y estos salen de las familias del pueblo; los pocos que regresan son internados en el manicomio estatal del doctor Ludens, quien apoyado por monjas provoca su desquiciamiento para después eliminarlos y aligerar los gastos. Esto lo descubre el sargento Andrea del Sargo, quien reorganiza los mandos militares y manejado los hilos para que Saúl dirija el movimiento. El espíritu idealista de Saúl no le permite colocarse a la cabeza del gobierno; sus reflexiones sobre la corrupción del poder incitan a María-Águila, su mujer, a aventarlo desde el balcón de su casa y librarlo de la indecisión de asumir el control del estado. La ausencia de Saúl obliga a la asamblea a elegir entre los amigos Dante y Aarón al nuevo líder. Aarón conspira contra Dante para que la asamblea lo declare traidor y Dante es condenado a morir. Instalado en el palacio de gobierno, Aarón es incapaz de imponer el orden social y de contener los odios y las venganzas… Leonardo y Federico observan el paso de la turba, saben que esta es una espiral de violencia sin fin y piensan que quizá el horror jamás terminará.