Antonio Alatorre tenía una virtud: someter a revisión y crítica constantes sus trabajos, publicados o inéditos. De 1998 a meses antes de su muerte (en octubre de 2010) siguió anotando, revisando y corrigiendo el libro Serafina y sor Juana, según iban apareciendo hallazgos y nuevas informaciones; al mismo tiempo iba sometiendo a relectura la Carta de Serafina de Cristo a la luz de esas novedades. Inexorable e incansablemente, los márgenes del libro se fueron llenando de anotaciones: arriba, abajo, derecha, izquierda; páginas enteras tapizadas con su letra menuda y clara. El volumen se fue haciendo cada vez más abultado por hojas completas dobladas y por un montón de papeles, papelitos, escritos a renglón seguido, a mano o a máquina, con múltiples adiciones que precisaban, mejoraban o corregía lo dicho en 1998. Este trabajo no podía y no debía permanecer a la sombra. El sorjuanismo debe conocer el compromiso inquebrantable de Alatorre por tratar de aclarar las zonas más imprecisas de la vida y obra de sor Juana. Así pues, se presenta aquí reunido todo aquello que estaba suelto y se hace realidad esta nueva edición de Serafina y sor Juana, como anuncia el título "corregida y muy aumentada".