Una misma estética, una misma mitología, una misma verdad, real, pero simbólica y alegórica, domina todos los poemas, tanto a los que trascurren dentro de la cárcel como los que la anteceden o sobreviven más allá de los muros. A pulso de vida y de lenguaje Molinet se ha hecho un temperamento y un personaje que maneja un vocabulario pleno de lujos, capaz de dar brillo y belleza a acontecimientos de cloaca y de subsuelo: los fragmentos en inglés en un poema o los epígrafes que son una canción completa, las marcas de coches y de armas, los nombres de perros, los apellidos de compañeros de presidio, las palabras suntuosas y las procaces traman un lenguaje característico de este libro, que destaca por un atrevimiento que se ajusta a un personaje audaz y risueño, adolorido y trágico.