Los mil y un velorios. Crónica de la nota roja en México fue la aportación de Carlos Monsiváis y Random House Mondadori al Día Nacional del Libro -12 de noviembre de 2009 - y mereció una edición de 50 000 ejemplares que la Asociación Nacional del Libro regaló a los lectores a través de todas las librerías del país. Lamentablemente, menos de un año después de este acontecimiento, Carlos Monsiváis ha fallecido. Como homenaje a la memoria del más grande cronista de este país, se publica una nueva edición de este libro, cuya primera versión apareció en 1994. Al actualizarla, 15 años después, Monsiváis adivirtió:
"Vuelvo a este texto, que en rigor y por atender a la demografía funeraría deberiá llamarse Los cien mil velorios. En 15 años el cambio mayor es la emergencia feroz, a momentos militarizada, del narcotráfico, que modifica radicalmente el sentido de la nota roja y lo traslada casi a diario al altar de las ocho columnas. Desaparece la singularidad de los asesinatos y de los asesinos, y la masificación del delito es, también, la deshumanización masiva."
Así, el recorrido del cronista va del Virreinato al auge del narco durante la primera década del siglo XXI; abordando después el siglo XIX, donde descubre una nota roja vinculada estrechamente con el arte popular, y más adelante deteniéndose en un siglo XX que se inicia con la información sobre la violencia revolucionaria y los asesinatos políticos, hasta encontrar su nicho ideal en las páginas amarillistas de la prensa de los años treinta y cuarenta, que después darán lugar a publicaciones "especializadas" como el Magazine de Policía o el celebérrimo Alarma!
Además del espléndido relato de los grandes crímenes de nuestra historia, a los cuales Monsiváis siempre les confiere notoriedad literaria, sus explicaciones sobre el sentido del género iluminan un terreno no siempre nítido; "En la nota roja la tragedia se vuelve espectáculo... hay en la operación entera un premio soslayado y tolerado: el ejercicio de fantasías brutales y ceremonias de la represión sexual."
Así, esta amplia crónica recupera la memoria roja de los mexicanos y se adentra en los laberintos actuales del narcotráfico o de la brutal realidad de los asesinatos de odio, haciendo en todo momento una reflexión mordaz y desgarradora sobre el crimen como expresión de lo cotidiano y lo excepcional en la sociedad mexicana.