El espectáculo en la sociedad del espectáculo. El morbo en los espacios del amor romántico. Los Ídolos ante la mirada consagratoria y desacralizadora de las masas. La sucesión de escenas (cuadros y carros alegóricos) donde el pudor es la forma más ostentosa de la liviandad, y los hombres de pro, y Columnas del Deber, resultan turiferarios de la Santísima Trivialidad. La pequeña historia en el México del siglo XX: el mural disperso y siempre recién inaugurado donde participan María Félix y los chavos-banda, Dolores del Río y los chavos-punk, las vedettes y los economistas, Juan Gabriel y la pareja cerúlea en el dancing, Celia Montalván que anima el hoyo fonqui y el pachuco que dirige a María Conesa. El pudor, la liviandad: los sentimientos extintos en la sociedad que no acaba nunca de ser plenamente moderna. Y, ¿qué melodía se le antoja, patrón?