Este notable ensayo sobre el espacio en la narración empieza con toda propiedad con una referencia al tiempo. La relación espacio-tiempo es indestructible en literatura aun antes de que la física teórica nos la convirtiera en axioma. Pero el análisis literario consiste justamente en despiezar el objeto estético para luego armarlo con conocimiento de causa. Y ese despiece exige el pasajero divorcio de ambas categorías. En su excelente obra anterior, El relato en perspectiva (Siglo XXI), la doctora Pimentel nos enseñó el método estructural adecuado a esa labor de análisis literario. Y los primeros tres capítulos de aquel libro —premiado con un gran éxito de ventas— se referían respectivamente a las dimensiones espacial, temporal y actorial. Estaba, pues, poniendo por delante los tres parámetros que delimitan —si es posible hablar de límites a propósito del relato— a toda concepción narrativa. Ahora, en El espacio en la ficción, se ocupa exclusivamente de la primera de esas coordenadas, la del espacio, y de su representación en los textos narrativos, fincada esencialmente en la descripción. El lugar de los sucesos narrados, la caracterización de los personajes, las peculiaridades de los objetos, nos llegan mediante la descripción de sus espacios. El aspecto teórico de esta condición narrativa es muy complejo y la doctora Pimentel lo va desgranando con su habitual rigor y exclusividad. Los problemas que, en este aspecto del análisis, plantean la metáfora y la ecfrasis (descripción verbal de un objeto pictórico) cierran la primera parte del libro. La segunda la componen seis muestras de la brillantez ensayística de la doctora Pimentel para llevar ejemplarmente a la práctica lo expuesto en la primera parte.