Miguel Horacio Dreamfield asiste a una función privada donde se proyecta la película Casablanca, y atestiguar el esplendor de esas vidas imaginadas pulveriza su idea del mundo, le arrebata el sentido, le roba el alma. Dreamfield, como le dicen todos, se ilusiona con una escena del filme, con una sola, y con un hambre de algo intangible y trascendente, que alcanza a columbrar en la pantalla y que quizá sea su destino, decide transformar su vida en una película y empieza a emular las hazañas de Bogart en la más famosa de sus cintas. ¿En qué radica el enigma de la vida?, ¿cómo podemos valorarlo, medirlo, pesarlo?, ¿cuándo, en qué situación, podemos decir que algo valió la pena?, ¿en qué situaciones podríamos afirmar que, aunque nuestro esfuerzo sea muy grande, en realidad no sirve para nada? Dreamfield se hace estas preguntas y sólo ve, en la persecución de sus anhelos, el modo de responderlas. Así pues, abandona su vida y se construye otra, se traslada paulatinamente a otro mundo en donde suenan desde siempre el tema musical de Casablanca y las palabras de Humphrey Bogart: I'?m waiting for a lady, i know she is coming back.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2011. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.