Las entrevistas compiladas por Verdejo en este texto comienzan en 1989 y terminan en 2011, es decir, inician con la reflexión de un Gola ya maduro, que ha salido de Argentina a consecuencia de la dictadura, que ha estado exiliado, primero en Londres y después en México, y que ha vuelto a Rincón, Santa Fe, lugar en el que se hace la primera entrevista, cargado de todas esas experiencias, de todas esas vivencias. El legado de Gola es infinito, imposible de reducir en unas cuantas palabras, como bien lo anota William Rowe en un texto que escribió como homenaje: "Hugo Gola nos contagió a muchos y de una manera excepcionalmente generosa. Pero fue una generosidad con criterio, templada por percepciones finas [...] Lo aprendido es inmenso y sigue a fuego lento. No se puede encapsular, porque es toda una vida. Fue Pound quien dijo: 'there's no substitute for a lifetime'".