Desde hace veinte años, Federico Fernández Christlieb ha escrito y reescrito Todo lo que sabemos. Habla en plural y muchos pensamos como él: “Ya que no tenemos dios, el futbol es nuestro sucedáneo espiritual. Ya que no tenemos partido político, el futbol es nuestra postura. Lo empleamos como la medida de nuestra paz o de nuestra preocupación. Es nuestro desfogue cuando estamos frustrados, nuestra cura para las penas, nuestra morfina para los malestares. Para nosotros el futbol llanero es celebración. Es rito semanal, duelo y resurrección. Es nuestro código de conducta, la base de nuestra educación y, por lo tanto, de nuestros problemas. Al mismo tiempo es la base de los buenos signos de comportamiento: de la amistad, la complicidad, el saber reponerse ante la injusticia. Hablo por mí y por mis compañeros de equipo con los que he compartido aventuras desde hace más de treinta años. Para ellos escribo y para ustedes que creen que el futbol llanero es importante”.