Plegaria. Que el viento no azote los toldos y no ulule, que no interfieran en el sueño sus lamentos (los desgarrones de su trama torturada). La realidad es feroz: que no se cruce en el tejido suave de estos cuatro durmientes abandonados de sí, fáciles presas de las nocturnas y voraces mulas.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2008. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.