“Esto es un juego, como todo lo que vale en la literatura. La palabra es una y la misma; la novela, digan lo que digan, viene de siempre y continúa. Rompiéndola, prevalece. En efecto, si no hay nada nuevo bajo el sol, es porque lo viejo vale para la novedad”.
Ignacio Padilla
“Las novelas del Crack no son novelas optimistas, rosas, amables; saben, como Joseph Conrad, que ser esperanzado en sentido artístico no implica necesariamente creer en la bondad del mundo”.
Pedro Ángel Palou
“Las redes sociales agitan la sociedad del espectáculo. La celebridad dura hoy dos horas. Los escritores abandonan sus plumas y sus computadoras y hacen stand-up comedy. Novelas profundas, polifónicas: el clamor principal del manifiesto. Contra la banalidad del nacionalismo y de las etiquetas. Al menos en este punto la lucha no ha variado”.
Jorge Volpi
“Las novelas del Crack comparten esencialmente el riesgo, la exigencia, la rigurosidad y esa voluntad totalizadora que tantos equívocos ha generado. Si volviesen sus majestades, Memoria de los días, La conspiración idiota, Las Rémoras y El temperamento melancólico rehúsan cualquier fórmula masiva o probada. Corren el riesgo de ensayar”.
Ricardo Chávez Castañeda
“El Crack es como una novela: tiene su principio, su clímax y su desenlace inesperado y no siempre feliz, pero esto, la verdad, no importa demasiado, lo mismo que no importa que Don Quijote haya muerto en 1615 o 1616… La duración, el gozo, la lectura infinita es lo único que, al final, importa”.
Eloy Urroz