Integrantes de generaciones distintas, noctívagos de las zonas fronterizas, dueños de voces propias o en búsqueda de su particular propuesta narrativa como Jesús Gardea, Rosina Conde y Alejandro Espinoza, entre otros, han renovado el sutil arte del vértigo, la concentrada voz del cuento mexicano. Recrean, según la perspectiva de quienes estudian aquí sus textos, la crónica, el relato fantástico, policiaco, gótico, maravilloso, realista y de ciencia ficción.En todos estos narradores es certero el entramado cuentístico, fino el uso del lenguaje, profundo el golpe en la carne de una realidad atosigada por el desasosiego, la caída, el silencio, aunque no carezca, por momentos, de alborozos y esperanzas. Cada pedazo que de los escritores mexicanos queda en sus cuentos permite que siga creciendo el mosaico del relato breve.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2003. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.