En este bien documentado y ameno libro, la investigadora mexicana Araceli Tinajero nos entrega la historia y el retrato de una de las figuras más distintivas de la cultura cubana, el lector de tabaquería, que surge en la encrucijada de importantes prácticas sociales, políticas y literarias. La lectura en alta voz se remonta a monasterios y conventos medievales, y, aunque mermó su importancia tras el desarrollo de la imprenta en el siglo XV, nunca desapareció del todo, como lo demuestran escenas memorables del Quijote. La práctica renació con las veladas y cenáculos literarios típicos del romanticismo, y en el seno de la familia burguesa del siglo XIX, de donde fue desplazada en el XX con la llegada de la radio y la televisión. Pero en la industria tabacalera cubana, el lector de tabaquería se convirtió en individuo clave, que hizo de los tabaqueros los trabajadores más cultos y politizados de la época en que se forja la nacionalidad cubana y la isla lucha por su independencia. Figuras del relieve político y literario de José Martí leyeron en las tabaquerías. Por su acuciosa y amplia investigación, que incluye la práctica de la lectura no sólo en la isla, sino también en Tampa y otras ciudades del extranjero, y además la institución tal y como sobrevive hoy en la propia Cuba, este libro es una de las contribuciones más importantes y oportunas al conocimiento de la cultura cubana que se han hecho en mucho tiempo, y quedará como un hito en el conocimiento de su historia. (Roberto González Echevarría, autor de La gloria de Cuba: historia del béisbol en la isla) El lector de tabaquería: Historia de una tradición cubana recibió Mención Honorífica en la categoría de ensayo histórico-social del Premio Casa de las Américas 2006.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2007. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.