Breve pero acendrada como metal precioso, la obra de Inés Arredondo representa una de las voces narrativas más poderosas del siglo XX mexicano. Su mirada a la soledad, a lo transgresor y a la imposibilidad del encuentro pleno con el otro invita a una lectura que resulta a la vez iluminadora y asfixiante.
Esta antología, que reúne dieciséis de sus relatos más notables, constituye una puerta de entrada ideal al mundo de Arredondo. En sus páginas, como afirma Geney Beltrán Félix se observa un "doble movimiento vivencial" que oscila entre la búsqueda de la utopía y el descenso a la locura: un universo en el que conviven en perpetua tensión el amor y el incesto, la solidaridad y el abandono, el paraíso perdido y el infierno cotidiano.
Puso al descubierto lo mas sórdido, secreto, doloroso, incomprensible y vulnerable del ser humano.
Una escritora que, sin estridencias, nos dejó relatos que fascinan o trastornan, iluminan y, a veces, liberan, así sea desde la profundidad del horror mismo.