Sofía ha sido expulsada del Colegio Francés por explicar a sus compañeras cómo vienen los niños al mundo. ¿Qué demonios les pasa a estas monjas injustas? Por un lado le apena no poder regresar a la escuela; por otro, siente que sus amigas son unas mochas y no quiere volver a verlas. Lo que ella no sabe aún es que, ahora que está entrando a la adolescencia, le ocurrirán mil y una aventuras que le harán olvidarse rápidamente de este infeliz incidente. Son los años sesenta y el mundo parece girar más deprisa. Doña Inés, la madre de Sofía, sólo piensa en casar a sus hijas con buenos partidos; sin embargo, por mucho que intenta interceder, todo se le sale de las manos. Sofía será testigo de algunos contratiempos familiares pero, sobre todo, protagonista de nuevas andanzas: una emocionante estancia en Canadá, unas amistades algo liberales, sus primeros amores más o menos afortunados… Mucho ha llovido desde que comenzó a narrarnos sus historias en Las yeguas finas. Esta vez nos da cuenta de que incluso las niñas bien se desbocan un poco al llegar a la pubertad.